Pilo era uno de los munícipes más consagrados que ha tenido la mocanidad en toda su historia. He conocido pocas personas que se dediquen a su pueblo con tanto amor, pasión y entusiasmo, como lo hacía Pilo. Aún en los momentos finales de su partida, su preocupación era las cosas que dejaba pendiente de su pueblo.
Era un ferviente enamorado del Consenso de Espaillat, de la asociación para el Desarrollo, de su Asociación de productores agrícolas, del monumento al agricultor. Y en todo lo que se involucraba, lo hacía con entrega total. En los últimos meses, aún en pre carísimas condiciones de salud, iba a las reuniones de los clúster eco turístico y del zapote y del Consenso de Espaillat, y nos pedía y casi rogaba que no dejáramos morir estos proyectos, que trabajáramos unidos.
Me llamaba con frecuencia para decirme y pedirme que no dejara morir su sueño. Y así lo hicimos, y seguirá siendo así. Las instituciones serán siempre las protagonistas de todo.
El amor de Pilo por Moca es indescifrable. Lo admiré y lo quise mucho, desde el momento en que nos acompañó y se echó encima la tarea de los juegos nacionales del 85, que dejaron las instalaciones deportivas para Moca. De ahí vienen fortalecidas y hermanadas las relaciones con Polón Muñoz, José Joaquín Puello, Doñé, José Sánchez y el conjunto de amigos que hicieron de ese acontecimiento su causa. Y luego, cuando fue síndico, que le pidió al Dr. Julio Jaime Julia y a un grupo de jóvenes que asumiéramos las actividades culturales del cabildo.
Y Moca vivió una etapa histórica en ese período, porque Julio no descansaba en esa tarea, con el aliento y el apoyo entusiasta de Pilo. La vida de este amigo que se nos marcha, era de entrega total a su comunidad.
Al morir deja una huella que estoy seguro permanecerá para siempre en el corazón de un pueblo que sabe valorar a sus mejores hijos. Paz a sus restos.
José Rafael Vargas
Senador
El amor de Pilo por Moca es indescifrable. Lo admiré y lo quise mucho, desde el momento en que nos acompañó y se echó encima la tarea de los juegos nacionales del 85, que dejaron las instalaciones deportivas para Moca. De ahí vienen fortalecidas y hermanadas las relaciones con Polón Muñoz, José Joaquín Puello, Doñé, José Sánchez y el conjunto de amigos que hicieron de ese acontecimiento su causa. Y luego, cuando fue síndico, que le pidió al Dr. Julio Jaime Julia y a un grupo de jóvenes que asumiéramos las actividades culturales del cabildo.
Y Moca vivió una etapa histórica en ese período, porque Julio no descansaba en esa tarea, con el aliento y el apoyo entusiasta de Pilo. La vida de este amigo que se nos marcha, era de entrega total a su comunidad.
Al morir deja una huella que estoy seguro permanecerá para siempre en el corazón de un pueblo que sabe valorar a sus mejores hijos. Paz a sus restos.
José Rafael Vargas
Senador
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