Santo Domingo,(EFE).- El encargado del Departamento de Formulación de la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial (DGODT), Omar Rancier, advirtió hoy sobre las graves consecuencias que supone dedicar a la construcción inmobiliaria aquellos suelos que son aptos para la producción alimentaria o en otras palabras cultivables.
Así lo expresó durante una conferencia sobre inversión pública territorial convocada por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), que reunió a grupos de expertos en la materia.
Rancier calificó de “preocupantes” las inversiones inmobiliarias que se están realizando en tierras de alta productividad agrícola, y citó los casos de las provincias de Salcedo, Moca y San Francisco de Macorís y el Cibao Norcentral.
El experto hizo un llamamiento al Congreso Nacional a aprobar definitivamente los anteproyectos de Ley Única de Suelo y Ordenamiento Territorial, marco legal que permitiría remediar la situación denunciada, informó el MEPyD en un comunicado.
“El Estado está obligado a imponer restricciones a la inversión inmobiliaria en territorios aptos para la agricultura”, dijo, y consideró igualmente preocupante “el hipercrecimiento de la ciudad de Santo Domingo”, que aumenta a una velocidad anual equivalente a ocho veces la Ciudad Colonial.
Rancier manifestó que la desaforada urbanización de tierras productivas o cultivables, es un tema inherente a la regulación de la inversión pública, por lo que las autoridades deben afrontarlo con seriedad. “Es necesario y urgente regular a los intermediarios financieros interesados en invertir en tierras altamente fértiles”, aconsejó.
Consideró que el sector financiero presta recursos con demasiada facilidad al sector inmobiliario, por considerarlo menos peligroso que a la actividad agrícola para sembrar yuca o plátanos en tierras fértiles, por lo que reiteró su llamamiento al Estado a restringir la construcción de edificaciones residenciales en suelos fértiles.
En este sentido, recordó que se necesitan de instrumentos para aplicar las leyes, puesto que “el límite urbano para inversiones aquí se perdió hace mucho tiempo y hay que retomarlo para controlar la invasión a tierras productivas”.
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