Buzos del vertedero de Moca, bucean buscando entre basura, plásticos y despedicios sustento de familias

Por Nicolás Arroyo Ramos
MOCA.- Entre basura, plásticos, polvo, lodo, humo, agua sucia y mal olor, los 70 buzos del vertedero de Moca, -centro de trabajo del que dependen económicamente alrededor de 120 familias en toda el área-, comienzan su jornada temprano en la mañana, buscando “pescar”, botellas, cartones, galones, sacos, fundas plásticas, aluminios, hierro, madera, desechos de comida y cualquier otra cosa que luego venden y convierten en algún dinero para conseguir el sustento propio y de familiares.


Como si se tratara de una competencia atlética al más alto nivel o una labor con responsabilidad sacerdotal, los “Buzos de Moca”, -como suelen llamarle en el pueblo a los que recogen desechos en el vertedero de la localidad-, llegan temprano en la mañana a su centro de trabajo “llueve, truene o ventee”, tratando cada uno de ellos de ser el primero y “escabullirse” entre volteos, camiones, camionetas, recolectores, furgones, carretas, carros y hasta los motores que cargado de “basura” llegan a este lugar de supervivencia humana.
Los Buzos de Moca, nadan entre las “aguas turbulentas y profundas” del vertedero como si se trataran de “tiburones mar adentro”, navegando entre basura hedionda, animales muertos y putrefactos, gases tóxicos, comidas podrida, materia fecal y cualquier otro desecho químico u orgánico llevado al lugar. Cada uno de ellos busca “atrapar” primero los objetos llevados como “basura” y que quieren recolectar para venderlo al primer intermediario ansioso que encuentran en la puerta.
La mayoría de los que trabajan como buzos en Moca, son jóvenes entre los 15 a 30 años, con poca formación escolar, literalmente personas que siempre vivieron y nacieron aquí, provenientes de barrios muy cercanos al vertedero, entre los que se destacan: “El Cementerio, Los López 3, Winston Arnaud, por solo citar tres. Las barriadas habitadas en su mayoría por personas que llegaron desde los campos y se establecieron en esta zona.
El ex buzo Ramón Coronado, quien ahora labora como empresario intermediario, expresa que las personas que trabajan como “buceadores” son personas honestas y trabajadoras que quieren conseguir su comida y la de su familia trabajando, pero sin cometer actos delincuenciales como robar, matar, atracar, asaltar o vender drogas.
Realizan una larga jornada de trabajo que alcanza desde las primeras horas del día y hasta el anochecer, -comen, beben, comparten y hacen sus necesidades en el lugar-, las ganancias diarias de cada uno de los buzos que laboran en el vertedero de Moca, rondan entre los 600, 700, 800, 900, 1500 y hasta los dos mil pesos diario, indicando que siempre dependerá de la suerte que tenga el día.

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