Discurso del Senador Dr. José Rafael Vargas en ocasión del 55 aniversario de la gesta heroica del 30 de Mayo

El Discurso del Senador Dr. José Rafael Vargas, en misa-homenaje celebrada en el santuario Sagrado Corazón de Jesús, de Moca, en ocasión del 55 aniversario de la gesta heroica del 30 de Mayo.  

Señoras, señores:
Hace 15 días volvimos a vivir una nueva experiencia, en el camino recorrido hace hoy 55 años, para ir consolidando el camino institucional que nos hemos dado, desde aquel memorable 30 de Mayo de 1961, cuando Moca se levantó a través de  sus mejores hijos, para aportarle al país su libertad y su derecho a vivir en paz.

Son muchas las lecciones que sacamos de este último proceso,con sus altas y sus bajas, y una enseñanza vital. El pueblo dominicano sigue madurando y avanzando en la consolidación de la vía democrática.  
La democracia dominicana todavía está naciendo. Es aún muy joven, y no debemos olvidar que en el azar del destino dominicano siempre está latiendo la idea de que cada 30 años pasa un acontecimiento u ocurre un cambio trascendente en la vida política dominicana.

Creo sin embargo que las últimas décadas han creado una ruptura en ese devenir del azar dominicano, que si bien se pudo mantener hasta la caída del dictador Trujillo  en 1961, a partir del 1990 están soplando nuevos vientos en la República Dominicana. La historia comienza en 1808, con la llamada reconquista o incorporación a España,  que se interrumpe en 1822 con la invasión haitiana.  Treinta años después se crea la sociedad secreta la Trinitaria, y treinta años después, 1868, tendremos la época difícil de Buenaventura Báez, y 30 años después  el ajusticiamiento de Ulises Heureaux en Moca en 1899.
  
Luego vienen momentos difíciles para el país, que concluyen 30 años después con el advenimiento de la recia tiranía de oprobio, de asesinatos y de ausencia de libertad, que encarnó el sátrapa de San Cristóbal, Rafael L. Trujillo Molina.  Treinta y un  años mas tarde se produce su caída.

Creo que en1990 se rompe ese esquema de  procesos históricos y comenzamos a dar pasos firmes en la tarea de darnos una democracia real, con libertad y participación popular.
Caminamos en consecuencia a la segunda etapa de ese proceso, a la creación de la democracia social y económica,  que reduzca los índices de pobreza y nos proyecte en el concierto de las naciones que estimulan con aire puro su democracia política,  con la madurez y la inteligencia de sus líderes y protagonistas.
En 1990 tuvimos elecciones, con sus temores y debilidades, y la repetimos en 1994 y en 1996, en una lucha y un esfuerzo por  evitar  el pasado, y desde entonces el proceso se ha ido consolidando.
En los primeros quince años de este siglo los avances son significativos, pese a los designios negativos y a las inconformidades.  No hay dudas que todavía arrastramos rezagos del pasado y nos resistimos a los cambios, que difícilmente vuelvan atrás.
Es cierto que aún tenemos muchas fragilidades, y se explica porque nuestra democracia es muy endeble, es una tarea en construcción,  que exige de mucha madurez y entendimiento, sobre todo para evitar que el conchoprimismo invada nuestro comportamiento cotidiano. Es una tarea por completar y tenemos que ir llenando espacio, que no se logra de la noche a la mañana. Lo más elemental es entender que las elecciones  son un proceso que impone la democracia, donde el pueblo tiene la virtud de elegir lo que desea. Alguien gana y alguien pierde.  Alguien debe ganar y alguien debe perder. Y hay que ir preparado para eso.
Todavía estos rezagos nos quedan de la época de Concho Primo.  Pero al menos tenemos la oportunidad de expresarnos, de decir lo que queremos,  de votar libremente y de tener medios de comunicación donde se escuchan las voces de todos los sectores.
Eso fue lo que nos legaron los héroes del 30 de Mayo,  y por eso estamos aquí. Porque gracias a ellos podemos hablar y decir lo que sentimos.  El pueblo dominicano es hoy lo que es, por los expedicionarios de Cayo Confites,  de Constanza, Maimón y Estero Hondo, por el sacrificio de las Hermanas Mirabal y de Manolo Tavarez Justo, por la gallardía de los valientes guerreros del 30 de Mayo,  que sacrificaron su juventud, su familia y su vida, para legarnos el único don que puede disfrutar a plenitud  un pueblo, el don de la libertad.
Por eso, este es un día glorioso,  para recordar a los héroes de Moca y del país,  como Antonio de la Maza y Juan Tomás Diaz, como Salvador Estrella Sadhalá  y Tunti Cáceres,  como Amado García Guerrero y Pedro Livio Cedeño, como Antonio Imbert Barrera y Huascar Tejeda,  como Roberto Pastoriza y los que como ellos corrieron la misma suerte, los hermanos Mario, Ernesto, Octavio, Bolivar y Pablo.
La grandeza patriótica de don Vicente de la Maza y del notable jurisconsulto Antonio García Vásquez, hoy nos sirven para mostrar a nuestros jóvenes el espíritu de un pueblo expresado a través de sus hijos, cuando se decide a buscar su plena libertad.
Aquellos momentos de angustia y de terror, que impidieron el desarrollo normal de varias generaciones de jóvenes  dominicanos y mocanos, hoy nos permiten honrar su sacrificio, porque nos legaron una nación liberada de los crímenes y las persecuciones a que sometía el régimen a todos sus desafectos.Y aquí estamos hoy, y lo estaremos por siempre, para que nunca muera la libertad.
Moca dijo que sí a la libertad, el 2 de mayo de 1861, cuando a los 45 días de haber sido proclamada la anexión a España, el “Grito de Moca” sirvió como aldabonazo a la conciencia nacional; como bautismo de sangre del “patricidio” cometido por Santana; y como movimiento precursor de la Guerra de Restauración. Los mocanos de aquel entonces fueron lo suficientemente lúcidos para saber que “sin soberanía, no hay libertad”.
Al terminar el siglo XIX, Moca le puso fin a la más espantosa dictadura que vivió el país en aquel siglo: la tiranía de Ulises Heureaux, quien cayó abatido por los mocanos, el 26 de julio de 1899.
Con mucho acierto ha expresado el Lic. Adriano Miguel Tejada, que “el siglo XX comenzó para la República Dominicana en Moca, el día 26 de julio de 1899, a las 3 de la tarde”.Y de esa tarde gloriosa en que los mocanos ajusticiamos a Lilís, pasamos a esa “noche luminosa” del martes 30 de mayo de 1961, cuando un grupo de hombres, conocidos como “los héroes de la avenida”, encabezados por el carácter indomable de Antonio de la Maza, encendieron con una luz resplandeciente el horizonte nacional, poniendo fin a la larga noche de oprobios que vivió el pueblo dominicano durante los 31 años de la dictadura de Trujillo.
Por eso, este día es aclamado por la conciencia nacional como “Día de la Libertad”. Y porque la Villa Heroica, ha sabido decir presente en los momentos estelares donde la libertad del pueblo se ha visto conculcada, he venido insistiendo que a Moca se le reconozca como “la cuna de la libertad".
A 55 años de la Gesta heroica de mayo de 1961, ha transcurrido un tiempo prudente para que la historiografía dominicana madure en torno al estudio y análisis de los hechos que consumaron aquella trágica era política donde imperó el autoritarismo más brutal y el miedo paralizaba y frenaba nuestras ansias de libertad.
Gracias a Dios que en los últimos veinte años han aparecido obras de gran ponderación y equilibrio en el análisis de los hechos. Quiero mencionar solamente dos de ellas. Hace 10 años, en el 2006, el apreciado amigo e historiador Juan Daniel Balcácer, escribió su obra titulada “Trujillo, El Tiranicidio de 1961”, la cual considero una de las más completas, documentada y analíticas que se hayan escrito. La otra, aparecida hace 17 años, procede de la pluma de nuestro querido compueblano, el buen amigo Eduardo García Michel, hijo de una figura clave en la conspiración contra Trujillo, como lo fue su padre, el destacado intelectual y jurista mocano Eduardo Antonio García Vásquez.
En su obra “30 de mayo. Trujillo ajusticiado”, Eduardo García Michel recoge un documento inédito de su padre, titulado “Relación sobre el complot del 30 de mayo”, que escribiera Antonio García Vásquez en Madrid, en 1963.
Por considerar que ha transcurrido un tiempo prudente para profundizar con mayor claridad y objetividad la gesta del 30 de mayo, aprovecho esta ocasión para expresar mi interés de que el próximo año, la Academia Dominicana de la Historia pueda sesionar en Moca y realizar un seminario de alta expresión académica, donde podamos ponderar la participación  destacada de los hijos de esta tierra en tan singular epopeya patriótica.  Moca fue el centro de operaciones de toda la conspiración.
Puedo anunciar desde hoy, que esta solicitud tendrá un cumplido previo, pues la Academia Dominicana de la Historia vendrá a Moca el sábado 22 de octubre de este año, para realizar un simposio sobre la figura histórica de Horacio Vásquez, en ocasión del 156 aniversario de su nacimiento.
Recordemos que la llamada Era de Trujillo está signada desde el principio hasta el final por acontecimientos en los cuales Moca aparece involucrada. Trujillo sube al poder, dando un golpe de estado al gobierno democrático del presidente mocano Horacio Vásquez. La segunda ocasión sería en el 2017, para profundizar sobre la gesta histórica del 30 de mayo de 1961, cuya solicitud entregaremos oportunamente por escrito al Dr. Bernardo Vega, actual presidente de la Academia Dominicana de la Historia.
Quiero aprovechar este Homenaje a los héroes del 30 de mayo para solicitar al Templo de la Fama de la Provincia Espaillat, cuyo IV Ceremonial de Exaltación realizará en los próximos meses, que para el V Ceremonial sean tomados en cuenta para ser exaltados al pabellón de la inmortalidad dos figuras prestantes mocanas, que participaron en la conspiración contra Trujillo, y cuyas vidas tienen suficientes méritos que exhibir para ser reconocidos y exaltados por el Templo de la Fama. Me refiero a dos destacados juristas mocanos: Antonio García Vásquez y Antonio Rosario.
Moca se dispone a crear una ruta ecoturística e histórico-cultural, cuyo amplio recorrido he referido en varias ocasiones y que dará a nuestro pueblo un realce, pues mostrará a todos los visitantes el rico patrimonio y legado histórico que enorgullece a esta Villa Heroica.
Moca seguirá albergando anhelos de libertad, mientras se mantenga viva la memoria de tantos hombres y mujeres de nuestro pueblo, que supieron arriesgar sus vidas y convertirse en sujetos de una nueva historia, marcada por la libertad y la justicia social.
Mantengamos encendida la memoria de nuestros héroes, pues ellos son la llama desafiante que ilumina la conciencia colectiva y nos hace merecer con orgullo que Moca sea ayer, hoy y siempre, la “cuna de la libertad”.

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