Los Tránsfugas son inconsistentes

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIamLCk1UQanrvlG5gDS3LK7dEfkF65yMuu6KiKUDFj2t6GPsGkV8255Njc0zYog5O0M7rQqVBHordWmQQINZy8NnCkXPg7lyakRnN3EB6-tD96ZSzr-o-6zp6fkOepCCBFtQ7g1wsa8I/s400/b-120312transfugas.jpg
Por Cristian Rodríguez
Esta reflexión podría caerle como “anillo al dedo” a cientos de hombres y mujeres ligados de manera especial a la actividad política en la República Dominicana, el fenómeno del transfuguismo tiene su explicación en la debilidad mostradas por mucho para sostener posiciones ideológicas, si partimos de esta consideración de que el tránsfuga no es más que un ejemplo de traidor.

Los Tránsfugas son inconsistentes.No se han mostrados mucho estudios sobre el comportamiento tránsfugas en la República Dominicana, pero considero que en la actualidad este fenómeno está sujeto a estudio.
Se podría considerar como conspirador para aproximar de manera más clara el concepto. Estos representantes de la política tienden a escalar y lograr objetivos con facilidad, son rastreadores del entorno político con pestilencias a poder, la fetidez está en su frente y se acostumbran a esta norma de vida inmoral como si nada pasara. La fragilidad de los tránsfugas depende de la seguridad, de la garantía que le manifieste el beneficiado el cual ocupa de manera circunstancial una posición de notoriedad en el Estado.
Parece acertado entonces considerar al traidor/tránsfuga como un actor racional, que evalúa costos y favores y selecciona la opción más racional -esto es, la que maximiza sus beneficios y minimiza sus costos- en su comportamiento. La cuestión es que esta caracterización predestinada del traidor no puede ser sostenida por nosotros a la luz de los efectos que dicho comportamiento político provoca en el sistema político, por lo que es más apropiado calificar estos comportamientos como de traidor y/o corrupción política.
Ellos mismo califican de traidores a los que obstaculizan sus objetivos ambiciosos, no tienen el valor de sacrificarse para dar paso a individuos, lideres o proyectos institucionales, son por demás egoístas por naturaleza, la intolerancia es su acompañante imperecedera, se convierten en seres humanos cínico, inmorales y por demás tienen ausente en su estilo de vida la responsabilidad ética de servir sin esperar recompensa.
Los tránsfugas son corruptos y corruptores, su proyecto de vida solo gira alrededor de los beneficios que puede obtener a través de sus constantes vacilaciones. Este fenómeno se ha convertido en un paradigma en la República Dominicana y no es objeto de estudio, todo sabemos que esta práctica es colectiva, se ejecuta por supuesta traición institucional, por la aplicación de procedimiento antidemocrático de los partidos políticos, por la intolerancia, la codicia y la radicación en el poder del partido gobernante, estos elementos saturan la capacidad del Estado al adjudicarse el compromiso de ceder espacio al grosor de tránsfugas que están de tránsito en el barco cargado de beneficios efímeros, en la actualidad el partido oficialista se enfoca hacia la perpetuidad en el gobierno.
Este comportamiento supone, en resumen, una estafa política que afecta directamente al sistema político en su conjunto, en cuanto que falsea la representación política, tanto en su sentido estricto como en cuanto a la representatividad de las decisiones adoptadas por los poderes públicos -esto es, la gobernabilidad- pero al que no podemos atacar por hallarse jurídicamente respaldado. Únicamente nos cabe denunciar dichos comportamientos al mismo tiempo que desarrollar una labor educativa en lo político para que el conjunto de los ciudadanos sea lo suficientemente críticos como para impedir con su voto dicho fenómeno. Esta situación incapacita a los líderes innato de la organización receptora de los tránsfugas, la ley de partido está ahí engaveta en la bitácora del poder legislativos de la nación Dominicana y se espera que con la misma se pongan restricciones a estas absurdas decisiones de individuos e instituciones de nuestra sociedad.

Comentarios