Por: Octavio García
América Latina ha tenido grandes héroes, que por sus
expresiones y legados que han dejado, parecen haber estado unidos por un mismo
cordón umbilical, no solo en los hechos, creando grandes revoluciones en todos
nuestros países, sino que además, que sus ideas o pensamientos se han
convertidos en expresiones clásicas en el devenir de los tiempos.
Eso es parte de la grandeza de un gran líder, de un gran
visionario. Expresiones que se
convierten en las arengas motivadoras para la interpretación de sus ideales. Tal es el caso de Benito Juárez, cuya frase
se ha convertido en un icono mundial al ponderar que: ¨El respeto al derecho
ajeno es la paz¨, o aquel famoso discurso de Martin Luther King, cuya pieza
oratoria titulada ¨yo tengo un sueño¨, ha traspasado la barrera del tiempo, sin
que nadie haya podido producir y conseguir, como así lo hiciere, la
transformación de una sociedad excluyente, a una sociedad sin inhibiciones.
Pero nuestras Antillas mayores no se quedan atrás, aportando
frases o idearios revolucionarios y transformadores como los caso de José Martí,
en Cuba cuando alertaba que "Para ir adelante de los demás, se necesita ver
más que ellos", o nuestro
apóstol de la libertad, Juan Pablo Duarte, quien durante el proceso libertario
de la República Dominicana advertía que ¨vivir sin patria es lo mismo que vivir
sin honor¨.
Aunque no de
Latino América, pero si por la universalidad de sus pensamientos, tenemos que
citar a Mahatma Gandhi cuando decía: ¨el éxito consiste en ¨ser coherente con
lo que se dice, lo que se hace y lo que se piensa¨, expresiones estas que
servirá de pie de amigo para hacer referencia a la persona que queremos
destacar en este escrito.
En estos
tiempos la actitud y la intensión sigue siendo la misma, se siguen acuñando
esas mismas alternativas para motivar a los que consideramos nuestros adeptos
para lograr su simpatía, y en ciertas medidas convertirlo en ese ejército
multiplicador de lo que nosotros asumimos y defendemos.
Momentos que
nuestra coherencia y principios nos llevan a defender y sustentar el postulado
de que nuestro presidente debe darle continuidad a su gobierno, porque
representa los intereses de todos y todas, las y los dominicanos.
Lo hemos
visto mucho en escenarios políticos, de manera reiterativa, lo hacen todos
aquellos que quieren llegar y el pueblo entiende que debe llegar, porque su
trayectoria personal, social, política, cultural, así lo identifica.
Su defensa
frente a los más necesitados, a los más desposeídos, los más humildes, lo lleva
a ponerse con gallardía a sus servicios, no como una figura decorativa, sino
con acciones funcionales que conduzcan a la solución de sus problemas.
Los ejemplos
abundan muy poco, nosotros tenemos el privilegio de contar con uno de ellos,
como es el caso del ingeniero Juan Francisco Caraballo. Esa expresión de que es uno de nosotros, no
es pura y simple, sino que así lo sentimos, y nos permite identificarnos con
ella, porque somos guardianes sin límites de ese proyecto. Defensores acérrimos de esa expresión en la
cual el tiempo nos ha dado la razón.
Es sin lugar
a dudas, el EVP, el más valioso de nuestra política. No solo provincial, sino de nuestro país. Los hechos han estado allí desde el principio
de su candidatura, hablan por sí solo, basta señalar los encuentros con
diferentes sectores de nuestra vida provincial entre los que debemos señalar,
los agricultores, maestros y otras áreas profesionales, como contables,
abogados, que por separados han manifestado en diferentes conglomerados, su
apoyo a su intensión de ser el próximo senador que represente dignamente
nuestra provincia y más aun, el Estado dominicano en materia legislativa.
Una caravana
masiva y multitudinaria, como la que se hiciese hoy, recorriendo las calles de sectores
y barrios, son el reflejo fiel del gran poder de convocatoria que acompaña a un
verdadero líder. Una feria exitosa, una kermeses, cuyos
resultados son imprecedentes, y un lanzamiento de su precandidatura que debe
considerarse como apoteósica por la cantidad de personas que se dieron cita en
el polideportivo, para decirle, que no solo es uno de nosotros, sino que es el
que queremos que sea nuestro legislador.
Este evento
nos lleva a preguntarnos, ¿Cómo lo hizo?, viniendo de las entrañas de un pueblo
desposeído, de una familia humilde y nos lleva a contestarnos así mismo, y
decirnos que solo es posible, porque tienes muchas gentes y porque el pueblo
aprueba su trayectoria y sus ideales.
Su
trayectoria, porque la gente cree en él, porque entiende que es un candidato
para los nuevos tiempos, porque representa el cambio en sí mismo.
Porque las
gentes ya no quieren apabullamientos y bofetadas de recursos que le hagan
recordar sus precariedades, envueltas en dádivas. Quieren ir mas allá, quieren creer en un ser
humano futurista, que apertura espacios para los que vienen detrás, con
talentos, con tradiciones milenarias, partiendo de lo que es, una revolución
educativa como la ha planteado nuestro presidente, licenciado Danilo Medina y
ejecutada sabiamente por el ministro Carlos Amarante Baret.
Indiscutiblemente
que él será un senador nuevo para una sociedad nueva. El será nuestro senador, porque Dios así lo
quiere. Las gentes del pueblo que vota, está
con él, y el Partido de la Liberación Dominicana, no tendrás más camino que
abalar la voluntad de Dios y la de un pueblo que merece ser escuchado.
El ingeniero
Juan Francisco Caraballo, es y será esa fuerza positiva que actuará como un Hércules,
un caballo de Troya, un Sansón, frente a aquellos que han tenido los espacios
pero que no han sido capaces de escribir su propia historia.
El espacio
legislativo de por sí, ni su propia
historia, sino que se han comportado como segundones pura y simplemente,
secundando las ideas de aquellos que han jugado momentos estelares
De por si
usted ya es un ganador, porque ya usted, ha escrito su propia historia.
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